viernes, 2 de noviembre de 2012

Pluralistas Polarizados


Bajo nivel de difusión de diarios, tradición de periodismo político, instrumentalización de los medios de comunicación privados, politización de la radio y las televisiones públicas, y limitado desarrollo del periodismo como profesión autónoma. Estas son las principales características del sistema mediático español según Hallin y Papathanassopoulos (2002: 175). Un sistema, llamado modelo mediterráneo o pluralista polarizado, que comparte con los países mediterráneos y latinos (Grecia, Italia y Portugal), y que lo diferencia del resto de países europeos. La exclusividad del sistema mediático español con respecto al resto de países del modelo mediterráneo se encuentra en la sustitución de semanarios de corte político o económico por prensa rosa.


Bajo nivel de difusión de diarios

En España se leen muy pocos diarios, lo que unido a una gran tirada de la prensa del corazón, provoca una prensa de dudosa calidad. Además, los diarios españoles están sufriendo en los últimos tiempos un desplome generalizado, perdiendo un 4% de lectores, y dejando la cifra de ejemplares vendidos en 2.585.380. Cifra que nos resulta ridícula si la comparamos con el diario alemán Bild, que cuenta con 3.650.000 ejemplares. En definitiva, un solo diario alemán vende más ejemplares que el conjunto de los periódicos españoles, algo verdaderamente preocupante.

Tradición de periodismo político

La historia del periodismo en nuestro país nos deja una cosa clara: los diarios tienen más o menos una ideología bien definida. Esto provoca que los periódicos españoles elaboren informaciones muy partidistas y poco objetivas, contribuyendo a una mala calidad de la prensa. Los casos de El País y El mundo nos sirven de ejemplo. Estos diarios en vez de realizar una buena información, se encargan de atacar o defender al gobierno de turno, elaborando noticias muy sensacionalistas y ocultando otras de gran importancia (que van en contra de su ideología).

Instrumentalización de los medios de comunicación privados

Los grandes grupos empresariales que manejan los medios de comunicación privados utilizan estos medios para conseguir favores políticos. De esta forma, los diarios pasan de tener una función social a ser un instrumento para conseguir poder. Por ejemplo, si yo en mi periódico hablo bien de un determinado grupo político, este partido va a favorecerme económica y socialmente. Esto aumenta todavía más el bajo nivel de objetividad de la prensa española.


Politización de la radio y televisiones públicas


En nuestro país, al contrario que en el resto de Europa, el Gobierno controla la televisión y la radio públicas. Esto provocará una vez más la utilización de los medios de comunicación con otros fines que no son los meramente sociales. Este modelo de gestión de los medios públicos, además de ser perjudicial para una buena información, está cayendo en picado. Un ejemplo claro lo encontramos en Telemadrid. Telemadrid ha sido gestionada por personas que miraban más por intereses políticos que por intereses sociales. Además, estas personas no sabían gestionar un medio, lo que ha provocado la quiebra del medio de comunicación en cuestión.

Limitado desarrollo del periodismo como profesión autónoma

Todo esto provoca que el periodismo en España no sea una profesión autónoma, y dependa de la política para alcanzar sus objetivos económicos. El clientelismo explica muy bien esta situación. El clientelismo, según Hallin y Mancini (2008), “es un modelo de organización en el que el acceso a los recursos sociales está controlado por quién posee el poder y lo facilita a cambio de diferentes tipos de apoyo”. Este clientelismo provoca que los medios apoyen al Gobierno para conseguir una mayor repercusión social, haciendo del periodismo una profesión dependiente del poder político.


En España, los medios de comunicación se encuentran integrados en grandes grupos empresariales, los cuales se encuentran altamente politizados ya que buscan beneficios, esto hace que exista una relación directa entre empresarios de estos grupos y los diferentes partidos políticos del país, debido a la alta influencia política de los medios que ha habido en nuestro país. Todos estos intereses de los medios de comunicación y de los grupos empresariales hacen que no se pueda hablar de una información objetiva, sino que esa información se encuentra influida por múltiples factores, por lo que está condicionada y sirve a unos intereses.

Los dos grandes grupos empresariales españoles son el Grupo PRISA y Unidad Editorial, utilizan la política para favorecer su crecimiento. El primero de ellos es afín al PSOE, y el segundo al Partido Popular. Sin embargo, esa afinidad no excluye algunas críticas puntuales sobre la actuación de estos partidos, con las que consiguen ser asesores y controladores del proyecto político de estos partidos, en lo que se aprecia que los partidos políticos también se encuentran influidos por los intereses de los grandes grupos empresariales y de los medios de comunicación.

Otro ejemplo de influencia de los partidos políticos en los medios de comunicación los vemos en las radios y televisiones públicas, que se encuentran dirigidas por personas elegidas del Gobierno que esté en el poder, lo que implica una menor objetividad y un gran control del poder político de los medios de comunicación. Esto solamente ocurre en España y en Grecia.

La objetividad, la calidad de la información y las noticias realmente importantes se encuentran muy limitadas en este modelo mediático, ya que los medios de comunicación se encuentran muy influenciados por otros intereses que los meramente periodísticos, como por ejemplo los económicos y los políticos. Así, los medios de comunicación más importantes priorizan su crecimiento y su rentabilidad económica sobre la calidad del periodismo.

Webgrafía



http://weblogs.upyd.es/asambleamadrid/2012/07/3769/ recuperado el 28 de Octubre de 2012.


lunes, 1 de octubre de 2012

La arquitectura de la información


Cualquier conocimiento que disfrutamos como ciudadanos tiene su fundamento propio en que se basa en definidas estructuras informativas, es decir, procede de una fuente condicionada por determinados parámetros ¿Pero a qué fenómeno nos referimos cuando hablamos de la estructura de la información?


Puesto que ésta se considera como el germen del poder, también nos podemos preguntar del mismo modo qué entendemos por el concepto de la estructura del poder y cuáles son los factores clave que caracterizan esta estructura. La estructura de la comunicación es algo complejo que simplifica el acceso al conocimiento. Como cada conocimiento, la información sigue unas pautas estructurales que han sido, son y serán indefinidas. Ramón Reig nos deja en su artículo fundamentos de por qué la educación no convierte en uno de sus pilares ese aprendizaje en torno a la comunicación y su contexto.

La estructura de la información se amolda continuamente al contexto social, económico y tecnológico que evoluciona junto al paradigma mediático. Nuestro tiempo comienza a caracterizarse por el analfabetismo mediático ligado a la diferencia entre las clases sociales, las distintas relaciones comunicativas familiares, educativas y sociales.

En este contexto es preciso destacar la actividad de los emisores de un mensaje. La llamada macroestructura de los medios no sólo implica una cierta intencionalidad y capacidad interpretativa por parte de la empresa informativa, sino que también está ligada a la conformación de "mentes estructuradas” (SÁNCHEZ-BRAVO, 1992), puesto que cualquier mensaje emitido demuestra su propia lógica, su propia estructura. Cada género periodístico por ejemplo, tiene su arquitectura característica que se refleja a la hora de leer un reportaje, escuchar la radio o ver un telediario. Cualquier tipo de mensaje tiene una estructura predeterminada y por tanto, el receptor adopta estas estructuras las cuales, influyen a su vez en los esquemas mentales del individuo.


Uno de los estudiosos del conocimiento de la información (DÍAZ NOSTY, 2005) distingue los contextos donde se dan los consumos mediático-culturales provocando una desestructuración de la realidad a través de la información ofrecida en medios que no están al alcance de todos. No obstante, la captación del mensaje está relacionada también con otro parámetro decisivo: el nivel de conocimientos previos. Efectivamente, no es lo mismo seguir una charla de física cuántica como profesor de la materia o como un alumno inmigrante de bachillerato. Tal y como exponen los sociólogos norteamericanos  P. TICHENOR, G. DONOHUE y  N. OLIEN, “un conocimiento previo […] habilita para una contextualización crítica y estructurada de la realidad”.  

Ahora bien, para el periodista las estructuras informativas se convierten en un hilo conductor a la hora de redactar su producto. Tiene que adaptar las propias estructuras del medio y adecuar su texto al género respectivo, es decir, la estructura fija la apariencia de la información. La información que llega a los que quieren verla u oírla. Cada vez con mayor presencia y constancia en la red, sobre todo, en las redes sociales.